"El Charco Escondido" fue escenario natural, emotivo y cultural del reencuentro de los reynosenses con sus raíces.
Familias originarias de este lugar, provenientes del interior del país o de Estados Unidos, se reunieron, unos para recordar y otros, para conocer su raíz.
El evento fue realizado con la finalidad de dar arranque a la obra de pavimentación de 10 kilómetros de brecha, acto realizado por el Lic. Oscar Luebbert y su esposa Lic. María Esther Camargo de Luebbert, así como ellos mismos dieron el banderazo de salida a más de 100 cabalgantes que dieron marco a las Fiestas de la Fundación de Reynosa en su 260 Aniversario y rumbo al Bicentenario y Centenario 2010.
En un ambiente de unidad familiar se desarrolló el convivio en la plaza principal de "El Charco" con música norestense y crónicas de las viejas hazañas de los hombres ilustres del lugar y de las familias habitantes de aquellas antiguas y sólidas arquitecturas.
El reconocido historiador Octavio Herrera solicitó que esta singular raíz pletórica de cultura, sea declarada Patrimonio histórico de Reynosa y de Tamaulipas.
La Lic. Elsa Sánchez de Gutiérrez explicó el árbol genealógico de las familias originarias de "El Charco Escondido" entre ellas, la del Lic. Oscar Luebbert Gutiérrez.
Familias originarias de este lugar, provenientes del interior del país o de Estados Unidos, se reunieron, unos para recordar y otros, para conocer su raíz.
El evento fue realizado con la finalidad de dar arranque a la obra de pavimentación de 10 kilómetros de brecha, acto realizado por el Lic. Oscar Luebbert y su esposa Lic. María Esther Camargo de Luebbert, así como ellos mismos dieron el banderazo de salida a más de 100 cabalgantes que dieron marco a las Fiestas de la Fundación de Reynosa en su 260 Aniversario y rumbo al Bicentenario y Centenario 2010.
En un ambiente de unidad familiar se desarrolló el convivio en la plaza principal de "El Charco" con música norestense y crónicas de las viejas hazañas de los hombres ilustres del lugar y de las familias habitantes de aquellas antiguas y sólidas arquitecturas.
El reconocido historiador Octavio Herrera solicitó que esta singular raíz pletórica de cultura, sea declarada Patrimonio histórico de Reynosa y de Tamaulipas.
La Lic. Elsa Sánchez de Gutiérrez explicó el árbol genealógico de las familias originarias de "El Charco Escondido" entre ellas, la del Lic. Oscar Luebbert Gutiérrez.
Por primera vez en su historia, Congregación Garza, popularmente conocida como Charco Escondido, fue el natural y emotivo escenario para el encuentro de familias provenientes de este histórico y emblemático sitio, así como descendientes de un mismo tronco común, El Charco, en un evento de reafirmación de la identidad y el orgullo de pertenencia al núcleo comunitario que fue cuna de familias y personajes destacados del actual Reynosa, en donde la comunidad y sus autoridades, convocados por el R. Ayuntamiento de Reynosa, que preside el Lic. Oscar Luebbert Gutiérrez, con propias raíces familiares en el Charco, se reunieron para compartir la historia y los lazos que les identifican, a través de su música, sus leyendas, su comida, y su paisaje.
Así, en el marco de las Fiestas de Fundación Reynosa 260 y rumbo al Bi Centenario 2010, el Programa inició ahí a las 10:30 de la mañana del Domingo 19 del 2009, finalizando las 5:00 de la tarde. En la Bienvenida, hubo Mesa de Recepción y Registro de Familias que se interesaron por establecer el hilo conductor de su ascendencia y descendencia con este lugar, lo que servirá para trabajos de memoria histórica, crónicas y tradiciones, así como Inauguración de varias obras construidas por la Autoridad Municipal, como es su Plaza Principal, relatos de crónica histórica, carreras tradicionales de cintas, cabalgata, verbena popular, y un Paseo por El Charco y su historia a través de su música, danzas, leyendas y dichos. Los asistentes realizaron recorridos a pie y en trolley municipal, por algunos sitios emblemáticos del lugar.
Así, en el marco de las Fiestas de Fundación Reynosa 260 y rumbo al Bi Centenario 2010, el Programa inició ahí a las 10:30 de la mañana del Domingo 19 del 2009, finalizando las 5:00 de la tarde. En la Bienvenida, hubo Mesa de Recepción y Registro de Familias que se interesaron por establecer el hilo conductor de su ascendencia y descendencia con este lugar, lo que servirá para trabajos de memoria histórica, crónicas y tradiciones, así como Inauguración de varias obras construidas por la Autoridad Municipal, como es su Plaza Principal, relatos de crónica histórica, carreras tradicionales de cintas, cabalgata, verbena popular, y un Paseo por El Charco y su historia a través de su música, danzas, leyendas y dichos. Los asistentes realizaron recorridos a pie y en trolley municipal, por algunos sitios emblemáticos del lugar.
Congregación Garza o “Charco Escondido”, comunidad ranchera del S. XIX del Municipio de Reynosa, guarda la raíz de la Reynosa del s. XX, y de la identidad regional norestense.
Fincada como ranchería dentro de la Hacienda “La Sauteña”, por el vecino de Camargo José María De la Garza y su esposa Martina Villarreal Saldaña, en los tiempos turbulentos e intensos de la vida mexicana del s. XIX.
El Charco, ubicado sobre el llamado “Sendero Nacional”, un trazo directo entre Matamoros y Monterrey, fue paraje intermedio de descanso, remuda de bestias, y luego, parada del “tren de carretas” que comercializaban ganado y mercancías que llegaban al puerto de Bagdad (H. Matamoros) y en sentido opuesto, de Monterrey.
La tradición oral refiere que su nombre proviene del hallazgo de un cuerpo de agua que ciertos rancheros encontraron, tras el avistamiento de un perro cubierto de lodo, indicándoles la presencia del preciado elemento en esa llanura de mezquite.
Los 9 hijos del matrimonio De la Garza Villarreal, enlazados con otros vecinos de la región, crearon numerosa descendencia de cuya abundante ramificación genealógica provienen personajes de la vida social y política de Reynosa. Su declive provino a partir de 1905, con la construcción del ferrocarril Monterrey-Matamoros, emigrando sus moradores al encuentro del nuevo movimiento económico y social que se registraría incesantemente, en el s. XX, iniciando los tiempos modernos en el casco urbano de Reynosa.
Hoy, sus construcciones de sillar permanecen mudos testigos del desfile de intensos acontecimientos de la historia mexicana, -desde la colonización del norte, a la “frontera indefinida” México-EUA, la intervención norteamericana, el Tratado Guadalupe-Hidalgo, la nueva frontera, las Leyes de Reforma, la Zona Libre que permitía el comercio ilegal, la influencia de la guerra civil norteamericana, la intervención francesa, las fuerzas liberales, hasta la revolución mexicana y su impacto, en el posterior reparto agrario-. La zona libre de comercio ilegal del s. XIX, hizo célebre a Charco Escondido por Mariano Resendez, muerto por ordenes del Gral. Bernardo Reyes como pro cónsul de Porfirio Díaz en el noreste, empeñado en librar a la frontera de revoltosos y contrabandistas. Sitio de Batallas históricas, la de “Piedra Parada” y “La Noria” donde personajes como Porfirio Díaz, Irineo Paz (abuelo del insigne Octavio Paz), Jerónimo Treviño, escribieron paginas de la historia de México.
Por su importancia, Charco Escondido, o Congregación Garza, debe ser Declarado Patrimonio Histórico de Reynosa y de Tamaulipas, propio de un Proyecto de Rescate y Preservación, como detonante de un desarrollo de turismo cultural binacional y nacional, afán en el que trabaja con entusiasmo y decisión el Presidente Municipal Lic. Oscar Luebbert Gutiérrez, contando con la adhesión a este proyecto y el apoyo del Gobernador de Tamaulipas, Ing. Eugenio Hernández Flores.
El Charco, ubicado sobre el llamado “Sendero Nacional”, un trazo directo entre Matamoros y Monterrey, fue paraje intermedio de descanso, remuda de bestias, y luego, parada del “tren de carretas” que comercializaban ganado y mercancías que llegaban al puerto de Bagdad (H. Matamoros) y en sentido opuesto, de Monterrey.
La tradición oral refiere que su nombre proviene del hallazgo de un cuerpo de agua que ciertos rancheros encontraron, tras el avistamiento de un perro cubierto de lodo, indicándoles la presencia del preciado elemento en esa llanura de mezquite.
Los 9 hijos del matrimonio De la Garza Villarreal, enlazados con otros vecinos de la región, crearon numerosa descendencia de cuya abundante ramificación genealógica provienen personajes de la vida social y política de Reynosa. Su declive provino a partir de 1905, con la construcción del ferrocarril Monterrey-Matamoros, emigrando sus moradores al encuentro del nuevo movimiento económico y social que se registraría incesantemente, en el s. XX, iniciando los tiempos modernos en el casco urbano de Reynosa.
Hoy, sus construcciones de sillar permanecen mudos testigos del desfile de intensos acontecimientos de la historia mexicana, -desde la colonización del norte, a la “frontera indefinida” México-EUA, la intervención norteamericana, el Tratado Guadalupe-Hidalgo, la nueva frontera, las Leyes de Reforma, la Zona Libre que permitía el comercio ilegal, la influencia de la guerra civil norteamericana, la intervención francesa, las fuerzas liberales, hasta la revolución mexicana y su impacto, en el posterior reparto agrario-. La zona libre de comercio ilegal del s. XIX, hizo célebre a Charco Escondido por Mariano Resendez, muerto por ordenes del Gral. Bernardo Reyes como pro cónsul de Porfirio Díaz en el noreste, empeñado en librar a la frontera de revoltosos y contrabandistas. Sitio de Batallas históricas, la de “Piedra Parada” y “La Noria” donde personajes como Porfirio Díaz, Irineo Paz (abuelo del insigne Octavio Paz), Jerónimo Treviño, escribieron paginas de la historia de México.
Por su importancia, Charco Escondido, o Congregación Garza, debe ser Declarado Patrimonio Histórico de Reynosa y de Tamaulipas, propio de un Proyecto de Rescate y Preservación, como detonante de un desarrollo de turismo cultural binacional y nacional, afán en el que trabaja con entusiasmo y decisión el Presidente Municipal Lic. Oscar Luebbert Gutiérrez, contando con la adhesión a este proyecto y el apoyo del Gobernador de Tamaulipas, Ing. Eugenio Hernández Flores.
